Por: Eddy Silvera
El factoring (facturas negociables) es una alternativa de financiamiento que puede ayudar a las medianas, pequeñas y microempresas. Para nadie es una sorpresa que la creciente demanda de financiamiento en los últimos años ha permitido el ingreso de nuevos actores en el mercado financiero, como son las empresas de factoring o factoraje, que busca convertirse en una nueva alternativa de liquidez para el mediano, pequeño y microempresario en los países de la región.
Durante la pandemia es un hecho contundente que unas de las grandes afectadas en los últimos meses son las pymes, ya que con las medidas de confinamiento decretadas por los gobiernos, muchas empresas tuvieron que parar su operación o transformar su modelo de negocio y con ello, ver perjudicadas sus finanzas.
A raíz de este panorama, el flujo de caja se convirtió en el indicador más golpeado. De hecho, datos a nivel de la región de Centroamérica que, en medio de la coyuntura, de cada 100 empresas, aproximadamente al menos 70 manifiestan haber presentado una disminución de su flujo de efectivo.
Sumado a esta situación y como si se tratara de un efecto dominó, las pymes también han visto afectada su liquidez a causa de las demoras en los pagos por parte de las grandes compañías, a quienes ellas les prestan la mayoría de los servicios, lo cual ha llevado a muchas a tomar decisiones y apoyarse en nuevas herramientas para manejar estas situaciones complejas y muy retadoras.
Tal es el caso de las plataformas de factoring digital, una solución tecnológica que le facilita a las pymes recibir el pago anticipado de sus facturas gracias al proceso de conexión inteligente que desarrollan entre grandes compañías y entidades financieras, quienes se encargan de ejecutar los desembolsos.
Las plataformas de factoring digital son herramientas que cada día son más utilizadas, ya que democratizan la asignación de recursos entre las empresas, en especial en las pequeñas y medianas, quienes hoy día cuentan con pocas herramientas de financiación. Con la tecnología como potenciador se logra dar financiación a empresas de una forma fácil, transparente, con pluralidad de opciones de fondeo y sin ningún desplazamiento físico.
El factoring es una oportunidad de crecer y responder a las necesidades actuales de las empresas en medio de la situación actual, facilitando el libre desarrollo de su operación. Gracias a la evolución constante de las plataformas digitales que pueden apoyar las operaciones de factoraje, las empresas pueden encontrar una solución en línea usando las plataformas digitales para la mejora de la eficiencia en los procesos administrativos, reduciendo la carga operativa en la gestión de pagos ya que centraliza todo el proceso de compra y pago de facturas
Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las pymes comprenden el 99,5 % de las empresas, el 60 % de la población empleada y cerca del 25 % del Producto Interno Bruto (PIB) en América Latina y el Caribe. Por lo que el mercado del factoring todavía es incipiente y tiene un alto potencial de crecimiento y expansión tanto en las facturas del sector privado como del sector público.
Adicionalmente, se ha potenciado la figura del “reverse factoring” que consiste en ofrecer a sus proveedores facilidades, en coordinación directa con las empresas financieras especializadas, para el factoring de las facturas correspondientes con tasas preferentes (mejores a las que cada proveedor pudiera obtener por su cuenta) y liquidez inmediata, obteniendo los clientes plazos ampliados para el pago, sin registro de gastos por intereses que estén sujetos a límites tributarios, reduciendo la necesidad de endeudamiento y optimizando el uso del capital de trabajo.
Por último, los bancos han reducido sus operaciones de factoraje con sus clientes dado los retos de las carteras en moratoria, vigilar la liquidez, foco en procesos de reestructuración y refinanciamiento de sus acreencias con clientes corporativos, comerciales y personales; lo que a traído la ventaja de la entrada de mayor cantidad de empresas de factoring y factoraje privadas para cubrir estas necesidades desatendidas por los bancos. Esto promueve aun mas la democratización del productos y el acceso de financiamiento para necesidades de capital de trabajo
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